La luz y los biorritmos: cuando menos es más
Conseguir edificios funcionales está más que superado. A día de hoy, los retos de la arquitectura van mucho más allá, con la sostenibilidad y el bienestar como elementos clave. Ahora el objetivo es hacer viviendas que trasciendan la simple utilidad: deben ser cómodas e, incluso, beneficiosas para la salud y para el medio ambiente.
Y por si quedaba alguna duda, la luz es un componente fundamental en la construcción de hogares inteligentes. La importancia que tiene este elemento en nuestra salud y nuestros biorritmos es tal que ya no podemos diseñar viviendas sin tenerla en cuenta.
Arquitectura con responsabilidad biológica
La luz natural es esencial para mantener el ritmo de nuestro cerebro y tener los niveles hormonales controlados. Esto redunda en un cuerpo más sano, descansado, con menos problemas de insomnio y de estrés. En definitiva, un cuerpo que queremos habitar y con el que podemos cumplir todas nuestras metas.
Y precisamente por eso menos es más. Simplificar la vida, elegir comodidad, evitar los excesos.
Evitar a toda costa el exceso de luz artificial
Es una de las claves que no podemos olvidar a la hora de diseñar una nueva vivienda. Los espacios abiertos, los grandes ventanales y la orientación del edificio son tres de los grandes pilares sobre los que descansar esta tendencia.
Orientar las habitaciones hacia el este
Es una forma excelente de levantarse con la salida del sol y conseguir una sala oscura para descansar durante la noche. Así se regulan los tiempos de nuestros cuerpos y se consigue un sueño reparador, además de un despertar suave.
Conseguir una mejor iluminación natural no es solo un logro saludable: también es la mejor forma de reducir el consumo eléctrico y cuidar nuestro entorno.
Una decoración acorde a los ritmos circadianos
No siempre resulta posible optimizar por completo un edificio para acomodarlo a nuestros biorritmos. Por eso, a la hora de escoger la decoración es fundamental hacer un estudio de la luz profundo.
Para mantener el ritmo de los ciclos circadianos naturales tenemos que usar la luz azul solo durante el día e ir cambiándola por luces más cálidas a medida que cae el sol.
Consejo. Elegir iluminación regulable para poder disfrutar de una luz más cálida al atardecer. Acordarnos de hacer este cambio puede marcar la diferencia y aportar un estilo de vida mucho más saludable y ordenado.
Para saber más sobre los sistemas de regulación y control de la luz, consulta aquí.
Más allá de las lámparas y bombillas, existen más elementos decorativos nos ayudan a potenciar la presencia de la luz natural. Los espejos por ejemplo, especialmente si están colocados de forma adecuada, son grandes aliados para distribuir mejor la luz por la sala, igual que el color blanco y las líneas curvas. Los espejos con luz incorporada además proporcionan una luz agradable.