La luz y los biorritmos: cuando menos es más
Conseguir edificios funcionales está más que superado. A día de hoy, los retos de la arquitectura van mucho más allá, con la sostenibilidad y el bienestar como elementos clave. De ahí el foco en los biorritmos. Ahora el objetivo es hacer viviendas que trasciendan la simple utilidad: deben ser cómodas, beneficiosas para la salud y para el medio ambiente.
Y por si quedaba alguna duda, la luz es un componente fundamental en la construcción de hogares inteligentes. La importancia que tiene este elemento en nuestra salud y nuestros biorritmos es tal que ya no podemos diseñar viviendas sin tenerla en cuenta.
La luz y la producción de melatonina
La hormona melatonina, responsable de regular el sueño, está estrechamente vinculada a la exposición a la luz. La luz intensa, especialmente la luz azul, suprime la producción de melatonina, dificultando conciliar el sueño. La exposición a la luz brillante por la noche y aumentar la exposición a la luz natural durante el día puede ayudar a regular la producción de melatonina y mejorar la calidad del sueño
El impacto de la luz en la salud mental
Además de afectar nuestro sueño, la luz también influye en nuestra salud mental. La terapia de luz, utilizada para tratar el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), muestra cómo la luz puede mejorar nuestro estado de ánimo y combatir la depresión. Según un artículo del Instituto Nacional de Salud Mental, la exposición diaria a una luz brillante, similar a la luz natural, puede aliviar los síntomas de la depresión estacional y mejorar el bienestar general.
Arquitectura con responsabilidad biológica
La luz natural es esencial para mantener el ritmo de nuestro cerebro y tener los niveles hormonales controlados. Esto redunda en un cuerpo más sano, descansado, con menos problemas de insomnio y de estrés. En definitiva, un cuerpo que queremos habitar y con el que podemos cumplir todas nuestras metas.
Y precisamente por eso menos es más. Simplificar la vida, elegir comodidad, evitar los excesos.
Un equilibrio perfecto entre luz natural y artificial
Para mantener la armonía entre la luz natural y artificial, es vital utilizar tecnologías de iluminación inteligente. Los sistemas de control de iluminación automática, que ajustan la intensidad y el tipo de luz en función de la hora del día y la actividad, son fundamentales. Estos sistemas mejoran la eficiencia energética y ayuda a que la luz artificial se adapte a nuestros ritmos biológicos, al proporcionar una iluminación adecuada en cada momento.
Hay estudios que demuestran que las personas que trabajan en oficinas con ventanas duermen un promedio de 46 minutos más por noche que aquellas sin acceso a luz natural.
Evitar a toda costa el exceso de luz artificial
Es una de las claves que no podemos olvidar a la hora de diseñar una nueva vivienda. Los espacios abiertos, los grandes ventanales y la orientación del edificio son tres de los grandes pilares sobre los que descansar esta tendencia.
Orientar las habitaciones hacia el este
Es una forma excelente de levantarse con la salida del sol y conseguir una sala oscura para descansar durante la noche. Así se regulan los tiempos de nuestros cuerpos y se consigue un sueño reparador, además de un despertar suave.
Conseguir una mejor iluminación natural no es solo un logro saludable: también es la mejor forma de reducir el consumo eléctrico y cuidar nuestro entorno.
Una decoración acorde a los ritmos circadianos
No siempre resulta posible optimizar por completo un edificio para acomodarlo a nuestros biorritmos. Por eso, a la hora de escoger la decoración es fundamental hacer un estudio de la luz profundo.
Para mantener el ritmo de los ciclos circadianos naturales tenemos que usar la luz azul solo durante el día e ir cambiándola por luces más cálidas a medida que cae el sol.
Consejo. Elegir iluminación regulable para poder disfrutar de una luz más cálida al atardecer. Acordarnos de hacer este cambio puede marcar la diferencia y aportar un estilo de vida mucho más saludable y ordenado.
Más allá de las lámparas y bombillas, existen más elementos decorativos nos ayudan a potenciar la presencia de la luz natural. Los espejos por ejemplo, especialmente si están colocados de forma adecuada, son grandes aliados para distribuir mejor la luz por la sala, igual que el color blanco y las líneas curvas. Los espejos con luz incorporada además proporcionan una luz agradable.
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