Cómo lograr una iluminación acogedora
La luz tiene la capacidad de hacernos sentir bien, a gusto, tranquilos, seguros. Para ello basta elegir una buena iluminación de interiores.
La luz adecuada crea espacios agradables y acogedores, y puede cambiar el ambiente en un momento.
¿Cómo se consigue? A continuación damos unos consejos fáciles de seguir y adaptar a cada espacio.
Distribución idónea
La distribución de las fuentes de luz es importante a la hora de conseguir una luz uniforme, sin sombras fuertes y esquinas poco iluminadas.
Una iluminación inadecuada desluce el mobiliario más fantástico. Al revés, también puede aportar calidez y belleza a un espacio no demasiado espectacular.Luces a diferentes alturas permitirán crear un ambiente agradable y acogedor con un efecto envolvente. Se trata de conseguir un equilibrio de luz entre la luz natural y la artificial, sin pasarnos ni quedarnos cortos.
De ahí la necesidad de plantearnos previamente la cantidad de luz adecuada y el número de luminarias necesarias. Lo mejor es recurrir a un experto que te ayude.
Luminarias adecuadas
El siguiente paso es elegir las luminarias adecuadas a cada espacio y necesidad, teniendo en cuenta la temperatura de color, el tamaño, el uso de cada estancia y los gustos de cada usuario.
Si bien el tamaño de la lámpara suele venir determinado por el espacio disponible; la elección de pantallas en tonos claros u oscuros, de modelos más modernos o clásicos dependerá de los gustos personales, del color de las paredes y del mobiliario.
Por ejemplo, los apliques en zonas de paso como el pasillo que no requiere una cantidad de luz excesiva para realizar tareas nos aportará calidez y estilo. Solo hay que tener en cuenta si es excesivamente oscuro para poner más cantidad de luces.
Materiales naturales
Los materiales naturales como la madera o los textiles aportan un extra de calidez.
Utiliza luz cálida
Si bien en las zonas de trabajo y en los baños recomendamos la luz blanca fría o neutra la luz cálida proporciona una luz agradable y es adecuada para utilizarla en espacios que invitan al relax.
Para ello, basta fijarse en los grados Kelvin de las luminarias o bombillas: la luz cálida ronda los 2700-2800K. Los lúmenes, indican la intensidad de la luz, otro de los factores a tener en cuenta.
Durante el invierno, la luz cálida consigue aumentar la sensación de calidez, aunque no aumenta la temperatura de la habitación.
Luz indirecta
La luz indirecta de lámparas auxiliares, lámparas portátiles, velas led o guirnaldas de luces aportan calidez y logran un ambiente reconfortante y verdaderamente acogedor.
Las guirnaldas pueden colocarse en los respaldos de la cama, en baldas, colgadas sobre las paredes, o en las plantas e incluso árboles si disponemos de terraza o jardín. Recuerda que hay modelos de interior y exterior.
No temas este tipo de iluminación combina y completa a la perfección una luz general más potente y homogénea.
Lo que no recomendamos nunca, por muy bonito, romántico o bohemio que parezca, es recurrir solo a pies o lámparas de sobremesa para iluminar un dormitorio. Habrá momentos en que necesitemos más cantidad de luz y afectará negativamente a nuestra vista con el paso del tiempo.
Regulación y control
Las lámparas regulables permiten utilizar todo un espectro de colores e ir jugando con las temperaturas de color.
Encendidos diferenciados
Otro consejo es utilizar diferentes interruptores para poder encender las luces de manera independiente. No necesitamos la misma cantidad de luz para ver la tele que para leer o reunirnos con la familia o amigos.
Tecnología led
La tecnología led tiene la misma o mayor eficacia luminosa con un menor consumo y ha multiplicado el número de opciones a la hora de elegir la tonalidad de luz que queremos.
