Cómo crear un rincón especial con luz
Uno de los usos de la luz es el de la diferenciación y división de espacios.
La luz permite separar unas zonas de otras en espacios amplios o también crear rincones dentro de una estancia.
Es normal dividir la sala en una zona de comedor y otra para ver la tele. Si disponemos de espacio suficiente, se puede crear un rincón de lectura, de trabajo o simplemente de relax dentro de una habitación más grande.
Ilumina por capas a distintos niveles
Las lámparas a distintos niveles crean planos de luz dinámicos y efecto de iluminación por capas que se complementan para evitar una luz plana, sin volúmenes.
Combina la luz general con otra fuente de iluminación funcional. La luz general normalmente proviene del techo. Al añadir otra fuente de luz -apliques, pies o lámparas de sobremesa-, se rompe la uniformidad de la luz y se consigue diferenciar una zona de otra creando microespacios.
El truco está en conseguir un nivel de luz suficiente, sin excedernos. Un exceso de luz crea ambientes pesados y provoca fatiga ocular.
Qué tipo de luz elegir
Según el tipo de espacio que queramos crear escogeremos un tipo diferente de luz. En una vivienda lo mejor es recurrir a los tonos cálidos en general y neutros en las zonas de trabajo.
Cada espacio y cada tarea requieren un tipo de luz diferente. Además el uso de un tipo u otro de iluminación afecta a cómo nos sentimos en ese espacio.
Oficina en casa: trabaja con estilo y comodidad
Una zona de trabajo tiene que estar bien iluminada para trabajar mejor sin forzar la vista en exceso.
La tonalidad de luz correcta es la llamada luz día que equivale a unos 4000K, aunque también se puede utilizar una luz cálida con buena reproducción cromática si no se quiere crear un exceso de contraste con el resto de la estancia.
Busca crear un ambiente tranquilo, sin distracciones, pero que sea confortable sobre todo si vas a pasar muchas horas trabajando o estudiando.
Aprovecha la luz natural. Si es posible, lo mejor es colocar el escritorio cerca de una ventana para recibir el máximo de luz natural.
Evita poner el escritorio frente a una pared totalmente en blanco: sitúalo con vistas a la ventana para realizar pequeños descansos visuales mirando a lo lejos y encontrar algo de inspiración.
Luz artificial. Lo ideal es disponer de al menos dos fuentes de luz: una que venga del techo y otra de sobremesa -que podamos mover y cambiar a nuestro antojo- para que no haya demasiado contraste de luz.
La luz cenital ha de caer sobre la mesa y no sobre nuestra cabeza para evitar sombras.
Para evitar sombras, hay que colocar el flexo en el extremo contrario al que se trabaja.
Si trabajas mucho con el ordenador puedes compensar el contraste lumínico que provoca el monitor con una fuente de luz difusa cerca o detrás de la pantalla.
Rincón de lectura: tu espacio preferido
Para leer, lo mejor es recurrir una luz que se pueda dirigir hacia el libro o revista que estemos leyendo.
Las lámparas de sobremesa, las lámparas articuladas o los pies que permiten enfocar y ajustar la luz son una buena opción.
Esta flexibilidad nos permite cambiar de postura sin problema de falta de luz.
Zona relax: tu rincón privado
Para una zona de relax, elegiremos una iluminación ambiental para crear una atmósfera agradable y acogedora.
La calidez de este tipo de luz es ideal para una zona en la que tomar algo, descansar o meditar.
Intensidad regulable
Elige luminarias con regulación de intensidad de la luz. Esto permite usar la luz necesaria según el momento del día: más luz durante las horas de actividad y menos durante las horas de reposo.
También son muy útiles para crear un ambiente agradable durante una cena o reunión con amigos o simplemente para escuchar música al anochecer.