Este sencillo diseño consiste en un tubo de aluminio con dos aperturas que permiten proyectar la luz por la parte superior y dejar que se escape por la inferior.
La apertura de arriba tiene forma sesgada, un detalle estético a la vista si la lámpara está apagada y que toma su máxima expresión al encenderse, cuando una elipse perfecta se dibuja en la propia lámpara y resalta en medio de la oscuridad.
El interior del tubo es blanco y al iluminarse la luz crece, toma vida, el objeto de la lámpara en sí casi desaparece y solo queda la luz como materia. Mientras tanto por su parte inferior la luz se escapa y la base que la sustenta hace de pantalla reflectora: parece que la luz flote.
Ofrece también versión de aplique.